Artillería Liviana «Eclipse»
La Columna de Buenaventura

Eclipse
Sería más fácil si hubieras sido un héroe de TV, tal vez, un mutante con superpoderes, un actor de película eternamente vivo en las mismas escenas de combate glorioso, en los mismos minutos, un inmortal sobreviviente a cien ejércitos, a mil balas y quien sabe que otras municiones, siempre llegando a un final abierto y promisorio cuyo destino sabemos, cortina musical mediante, pleno de paz y prosperidad.
Sería más fácil, si a pesar de ser apenas humano, hubieras triunfado en Bolivia y después en toda América y nos hubiera tocado nacer en una cuna rebelde acostumbrada a la victoria, crecer oyendo historias de travesías en sierras, valles y montes, relatos de dignidad barbuda inquebrantable; vivir acostumbrados a confiar en nuestras propias fuerzas para enfrentar, colectivamente, el devenir duro del tiempo.
Sería más fácil tirarte una rosa, un lápiz, un fusil o todo eso, al enterrarte, viejo, cansado de cosechar tanta siembra. Hubiera resultado más sencillo escribir estas palabras en el justo momento de tu partida y no 48 años después de que otros orientales te honraran derramando su sangre combatiente, cuando me cuesta además imaginarte envejecido como conductor, cuando me cuesta sentirte en la piel de camarada; y me cuesta, tal vez, a fuerza de un corazón acorchado por las derrotas de tus coetáneos locales, cuya rebeldía atinada murió contigo.
Sería más fácil, si la ley antitabaco te anulara como ícono o si el gatillo que apretaste repetidas veces para ajusticiar a los traidores me generara dudas sobre la conveniente apropiación popular de la justicia o si tu figura de macho abandónico no estuviera tan inundada de consciencia comunitaria, confiada en tu pueblo criador. Sería mucho más fácil, si no imaginara el peso de la responsabilidad, el dolor del luto de tu vida privada, al ser alzado en andas de esa multitud de todas las lenguas y colores que te arrastró al salón de los revolucionarios del mundo.
Sería más fácil dedicar las horas a hurgar en busca de alguna flaqueza para disculpar las mías, algún desvío pequeñoburgués que justifique mis días pesimistas; sería más fácil si me convenciera, como muchos rebeldotes de biblioteca, de que fuiste un teórico deficiente o peor aún, un gil o un suicida, que la revolución Boliviana era un imposible, que las condiciones subjetivas…; sería más fácil si no nos hubieran enseñado con Fidel, que hasta echar el resto, no sabemos lo que puede dar un pueblo oprimido porque no estamos afuera jugando con piezas de ajedrez, sino que somos una pieza más en el tablero, cuyo movimiento altera el movimiento de las otras, sin certeza del curso final del torrente liberado.
Sería más fácil si hubieras sido un gran doctor, macanudo, hasta gente (que no es poco para tu oficio), a lo sumo alcalde de tu pueblo; sería más fácil si no hubieras entendido tan bien cuál era la enfermedad más importante de tu tiempo y cuál su causa, si no te hubieras transformado en un político medicinal, guerrillero con palabras como granadas homeopáticas, cuya bala-bisturí surcó cuerpos de varias naciones intentando extirparla.
Sería más fácil, si no hubiéramos aprendido contigo que cultivar el espíritu y la razón, construir una moral de desprendimiento, disciplina y valentía, es un asunto de entrenamiento de la voluntad; sería más fácil si tu gigante sonrisa, hija polar del sacrificio militante, imantara los pies juveniles para apegarlos a tu senda; sería más fácil si el amor rebelde que predicaste, no me hubiera flechado para siempre.
Sería más fácil despedirte otro año sin sentirme endeudado Che, si no supiera que esta oscuridad es pasajera, si este eclipse de tres generaciones de imperio lunar no nos hubiera entrenado, a su pesar, en el dialéctico movimiento del tiempo y mi consciencia marinera no sentenciara cada segundo, que estas destinado a volver en mil rostros, tal vez en el mío, tal vez en el de mi compañera, tal vez en el de mis hijos, volver en nuestros hombros de obrero que acarrea la historia, siempre que decidamos renacer cada día como revolucionarios.
Publicado originalmente en 2017, Palabras al Che, Hemisferio Izquierdo.
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