Cuando el «Hidrógeno Verde» arrasa con montes nativos y contamina el agua, ¿Sigue siendo Verde?
*Gracias a Alejandra Puglia integrante de «Ambiente y diversidad de Paysandú»
El proyecto y las promesas
Organizaciones sociales siguen en lucha por la posible instalación de una planta de combustibles sintéticos que utilizará hidrógeno verde. El emprendimiento, liderado por la empresa HIF Global y avalado por el gobierno nacional y departamental, se presenta como una oportunidad de inversión que generará empleo y posicionará a Uruguay como líder en energías renovables.
Sin embargo, detrás de los discursos oficiales, la comunidad local y organizaciones ambientales han levantado la voz. Lo que se promociona como un proyecto de «hidrógeno verde» es en realidad una planta de producción de hidrocarburos sintéticos, con metanol como principal derivado. Ambientalistas denuncian que la tala de 100 hectáreas de monte nativo y la intervención en áreas cercanas al río Uruguay traerán consecuencias irreversibles.
Además, se cuestiona la experiencia de la empresa. Aunque HIF Global se presenta como una compañía con trayectoria en el rubro, en realidad solo cuenta con una planta operativa en Chile, cuya producción es 1.400 veces menor a la que se planea en Paysandú.
La falta de transparencia y el reclamo ciudadano
Uno de los principales puntos de conflicto es la falta de acceso a información clave. Un «Memorando de Entendimiento» firmado entre el Poder Ejecutivo y HIF Global en enero de 2024 mantiene en secreto los detalles del acuerdo. Pese a los intentos de organizaciones ciudadanas por acceder a los documentos, el gobierno ha negado la entrega de información, incluso incumpliendo una sentencia del Poder Judicial.
A esto se suma el controversial «silencio positivo» de la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (DINACEA). Según la legislación vigente, esta institución debía expedirse sobre la viabilidad del proyecto dentro de un plazo determinado. Sin embargo, al no pronunciarse dentro de ese período, el trámite avanzó de forma automática, como si hubiera sido aprobado. Esta falta de pronunciamiento refuerza la sensación de que el proceso se lleva adelante sin los controles adecuados.
Impacto ambiental: ¿una zona protegida en riesgo?
La planta se ubicará en padrones cercanos al río Uruguay, a menos de un kilómetro del área protegida Islas del Queguay. La construcción afectará corredores biológicos fundamentales para la biodiversidad, amenazando la fauna y flora local.
Entre las principales preocupaciones ambientales se encuentran:
- Tala de monte nativo: Se estima que se perderán 100 hectáreas de bosque autóctono.
- Contaminación del agua: Se utilizarán grandes cantidades de agua dulce del río Uruguay para el proceso de electrólisis, mientras los efluentes industriales serán vertidos al mismo cauce.
- Impacto en la calidad del aire: La planta tendrá tres chimeneas de 60 metros de altura y cuatro antorchas de 30 metros, con emisiones constantes.
Además de la planta en sí misma, el proyecto requiere una serie de obras de infraestructura que generan preocupación adicional:
- Caminería de acceso: No se ha detallado cómo se construirá la red de caminos para el ingreso de maquinaria pesada y transporte de insumos.
- Red de transporte de energía eléctrica: Se desconocen las características de la infraestructura necesaria para abastecer el alto consumo energético del proyecto.
- Colector de efluentes: La empresa planea conectar sus residuos industriales al colector de efluentes de Paysandú, el cual se encuentra en mal estado y sin mantenimiento adecuado.
- Ductos subterráneos bajo el arroyo San Francisco: Se ha confirmado que dos ductos atravesarán el arroyo, uno transportando CO₂ desde ALUR y otro llevando efluentes de la planta, pero no se ha explicado qué método se usará para instalar esta infraestructura sin dañar el ecosistema.
El factor social: empleo y desarrollo, ¿a qué costo?
El proyecto se ha presentado como una fuente de empleo para Paysandú, un departamento con altos niveles de desocupación. Sin embargo, la cantidad y calidad de los puestos de trabajo que realmente se generarán sigue siendo incierta.
«Se juega con la necesidad de trabajo de la gente, pero no hay información real sobre cuántos empleos efectivos se van a crear ni en qué condiciones», explica Puglia.
La resistencia de la comunidad
Ante la falta de respuestas, la sociedad civil ha comenzado a movilizarse. En las últimas semanas se han realizado asambleas, manifestaciones y encuentros con autoridades para exigir mayor transparencia y una evaluación real del impacto social y ambiental del proyecto.
¿Qué sigue ahora?
El futuro del proyecto depende de la recategorización de los terrenos donde se instalará la planta. La Junta Departamental de Paysandú tiene en sus manos la decisión de aprobar o rechazar el cambio de suelo, un paso clave para la habilitación definitiva del emprendimiento.
Mientras tanto, la comunidad sigue en alerta. «No estamos en contra del desarrollo, pero exigimos que se haga con información clara, respetando el medio ambiente y consultando a la gente», concluyen los activistas locales
Para saber más

🟡 Proyecto Parque Solar fotovoltaico «Lucía» (Clasificado como B)
🔴 Proyecto Parque Eólico «Elena» (Clasificado como C)

Manifestación fuera de la Junta Departamental de Paysandú.
Por sesión ordinaria, pero en el día martes 25 de febrero de 2025, no se trató la recategorización de suelos solicitada por la empresa HIF Global.
Grupos: Ambiente y Diversidad, Pdu por un Uruguay Soberano, Intersocial Paysandú.
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